Comenzaban los 90 y el mundo del rock estaba revolucionado por el sonido surgido en Seattle denominado Grunge.
En pleno auge del sonido grunge hubo una banda que se destacaba por sobre el resto, Nirvana, un trío liderado por Kurt Cobain que empezaba a retorcerse en la cima de la fama. Corría 1992 y varios medios daban la noticia que "Nirvana iba a tocar en Argentina", más especificamente en el estadio de Veléz.
Era pleno éxito de "Nevermind" (1991) del cual se desprendía "Smells like teen spirit" que era numero 1 en gran cantidad de paises (inclusive en Argentina).
Nirvana llega a Veléz con la banda Calamity Jane como teloneros y el "a veces impaciente" público argentino las recibío de muy mala manera.
Cobain visitaba Argentina en medio de un momento complicado en su vida personal, más alla de su hija Frances y de la relación unida que mantenía con Courtney Love. La revista yanqui Vanity Fair había lanzado una nota en donde Love (embarazada) contaba que seguía consumiendo cocaína y por la cual tuvieron una delicada pelea con la justicia para que Frances pudiera estar con ellos.
Según trascendio después los Nirvana estuvieron bastante descuidados por aquellos que los trajeron al país, varios pedidos que no fueron atendidos... esto sumado a el malestar de Kurt por los seguidos dolores de estómago que sufría afectado por el alcohol y por las drogas.
El verdadero motivo del enojo de Cobain fue la agresión que sufrieron las Calamity Jane tras la actuación de Los Brujos. La banda de chicas tocaba en medio de una lluvia de pilas y otros objetos que les tiraban del público y varias veces amenazaron con dejar el escenario pero (según cuenta Lee-Chi de Los Brujos) Courtney Love les pedía que se quedaran.
Nirvana salío a tocar con una mala onda total, sobre todo de Cobain, mientras el público no paraba de corear su nombre. El trío hizo un show de 1h y 24 minutos en donde amenzaron todo el tiempo con tocar "Smells like teen spirit" pero nunca sucedío, era evidentemente una especie de enojo con el público argentino que se quedo con las ganas de escuchar el gran hit de la banda. De hecho el show abrío con una extraña e irreconocible canción, con una guitarra algo desafinada y media hora antes de lo previsto.
Nirvana abandonó el escenario sin despedirse. Cobain estaba enojado. Sergio Marchi, en aquel entonces períodista de Rock & Pop, le hizo una extensa, y única, nota a un medio nacional en donde explicó su enojo y extraño show de esa noche en Liniers. Aquí parte de la nota:
"Llegué, me saludó muy serio y lo que más me llamó la atención era su mirada. Te miraba pero como si no fuera a ti, como que miraba detrás tuyo. A las preguntas simples, contestaba bien, sin ningún desagrado, pero serio. Después de un rato se fue aflojando, hablamos de
..."Me dijo que le encantaban las Breeders y que admiraba a Michael Stipe (R.E.M.) por cómo se movía con su fama". "No hay mucho más por
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